domingo, 24 de mayo de 2009

Calendario de Luna Nueva 2009

Hoy, 24 de mayo de 2009, se inicia la Luna Nueva bajo el signo de Géminis; el 22 de junio y el 22 de julio, respectivamente, bajo el signo de Cáncer. Los meses siguientes de esta fase lunar son: 20 de agosto en Leo; 18 de septiembre en Virgo; 18 de octubre en Libra; 16 de noviembre en Escorpio y cierra el año 2009, el 15 de diciembre en Sagitario.

Cada inicio de Luna Nueva, es un renacer, tiempo propicio para mentalizar nuevos logros, para abrir espacios espirituales y conectarnos con fervor a lo positivo de la vida. Debemos volcarnos en solicitar al universo de manera ilimitada, todo lo que deseamos para nosotros y para nuestros semejantes. La meditación es una tarea importante en este período, para poder entregarnos a lo que verdaderamente queremos transformar. Por lo tanto, es la hora de sembrar para cosechar, te recomendamos que emplees con fuerza todo tu amor en lo que anhelas y se te concederá. Muy Buena Suerte.

viernes, 15 de mayo de 2009

La Verdad la Tienes en Tus Manos

Buscando entre mis libros, me he topado con unas anotaciones de mi padre que datan de 1945, sobre un tema muy interesante la quirosofía”, que se refiere a lo que, hoy en día, denominamos “quiromancia” (según la RAE, es: la supuesta adivinación de lo concerniente a una persona por las rayas de sus manos).

Las notas refieren que para la época, algunas corrientes del pensamiento asumían que las líneas de las manos son determinantes en la vida del individuo. Sin embargo, la creencia de que esas líneas predicen y hablen sobre otras personas y/o acontecimientos ajenos al consultante es completamente falsa. Como también se afirmaba que ninguna de las dos manos tiene líneas que señalen ganancias en la lotería o en los negocios ni recibimiento de dinero ni de herencias.

También pude apreciar comentarios sobre el estudio de la mano derecha, ésta es quien determina el futuro y está relacionada con los genes paternos. Después de los 27 años, todo se circunscribe en la mano derecha. En tal sentido, los estudiosos de esta materia centran su análisis en las líneas que aparecen en esta mano, particularmente en casos donde suelen visualizarse efectos peligrosos.

En lo que respecta a la mano izquierda y sus líneas, éstas tienen que ver tanto con el pasado como con el presente, se relacionan con los genes maternos y, se predice hasta los 27 años. Las posibles enfermedades que pueda sufrir el consultante siempre aparecen reflejadas en esta mano, así como también define el temperamento, la mente, la sensualidad y lo ancestral de la persona. Sin embargo, para mayor precisión se consultan siempre ambas manos, para confirmar su veracidad y quien lo determina es la mano derecha.

En relación a los dedos, el pulgar y el índice son los que revelan los acontecimientos más importantes del individuo, puesto que están asociados con las tres líneas principales: vida, cabeza y corazón.

En la astrología, la orientación de los dedos se ubica de la siguiente manera: Pulgar = Venus; Índice = Júpiter; Cordial o del Corazón = Saturno; Anular = Apolo y el Meñique = Mercurio.

Las líneas de las manos: su acentuación al principio de la vida puede ser muy escasa y, con el tiempo se van delineando con más fuerza y cada una de ellas va coincidiendo con la personalidad del individuo tanto en lo positivo como en el negativo. También suele suceder a la inversa; personas que en su niñez sus líneas eran visiblemente acentuadas, con el tiempo se han convertido en rasgos débiles o simplemente algunas de ellas han desaparecido, ésto obedece a que su vida ha ido cambiando o han sucedidos severas transformaciones.

El escrito revela que las líneas de las manos son efectos de estados mentales, de reacciones emocionales y espirituales. Por ejemplo, sin son líneas sumamente delgadas, finas y/o superficiales es signo de debilidad, escasez de fuerza y coraje ante la vida. No obstante, aquellas líneas profundas y bien delineadas son símbolo de fuerza, definición y valor ante las adversidades.

Por último, hay un comentario, que vale la pena analizar, es el de aquellas personas que suelen tener en el centro de la palma de su mano derecha, unas líneas que conforman dos triángulos entrelazados, como una especie de “Estrella de David”. Comenta que los estudiosos de la época aseguraban que eran personas que han venido a la tierra a cumplir una misión espiritual de alta envergadura “bienaventurados quienes la tienen”…. esto último lo dejo para la reflexión de mis queridos lectores.

lunes, 11 de mayo de 2009

Cómo Cerrar los Ciclos Materiales

Una vez cerrados los Ciclos Emocionales, nos daremos a la tarea de ir Cerrando los Ciclos Materiales, se trata de pequeños ejercicios de sanación que nos ayudarán a permanecer en armonía con nuestro equilibrio personal e ir limpiando ciertos aspectos de nuestras vidas que no nos permiten avanzar.

Comenzaremos por limpiar en profundidad toda nuestra casa, ordenar absolutamente todo: closets, gavetas, armarios, documentos, bibliotecas, estantería y/o gabinetes de cocina, baño, sala, comedor, es decir, hacer una limpieza total, no importa el tiempo que nos ocupe. Iremos seleccionando todo aquello que no sea útil y que hemos guardado por largos períodos de tiempo (recuerden que todo lo que se guarda es porque realmente no lo necesitamos), pues son objetos que están cargados de energías que se estancan e impiden que se abran nuevos espacios de luz y armonía con el mundo exterior.

Lo que NO debemos hacer:

Conservar platos, vajillas, y/o utensilios de cocina, rotos o astillados (no los repare, bótelos).
Tener flores secas o artificiales, fotos y/o portafotos rotos o deteriorados, espejos rotos, reparados o pegados.
Animales disecados o embalsamados, por muy pequeños que sean, es una carga negativa de mucho peso, mucho menos los que pertenecen al mundo marino.
Regalar ropa, zapatos, accesorios sucios o deteriorados, estos objetos tienen una alta carga energética, así que lo debemos lavar o limpiar muy bien antes de botarlos o regalarlos.
Rechazar lo que denominamos “legados involuntarios”, que no son más que aquellos objetos que llegan a nuestras vidas por causalidades o casualidades, o que anteriormente tuvieron otro dueño (regalos, recuerditos, adornos, etc). Muchas veces lo vamos pasando de familia en familia como si fuese una antorcha y, por consiguiente, se van cargando de un alto historial energético, porque de alguna manera generan han sido rechazados. Esos ciclos hay que cerrarlos, en tal sentido, recomendamos echarlos directamente a la basura o donarlos a alguna institución que le sea útil y así aminore su carga energética.

En el momento en que nos dispongamos a deshacernos de todos estos elementos, debemos repetir mentalmente “…me desprendo de ti definitivamente para mi renovación personal y para abrir mis espacios energéticos de luz, paz, amor, felicidad y prosperidad”.

Por último, procederemos a limpiar todos los espacios de la casa, si es posible con unas gotas de amoníaco, luego, colocar inciensos de mandarina y prender una vela para transmutar algún elemento dañino que se haya quedado rezagado.

En la próxima entrega hablaremos cómo cerrar los Ciclos Personales.

domingo, 10 de mayo de 2009

Feliz Día de las Madres

Hoy, 10 de mayo, se celebra el Día de las Madres, en muchos países de Latinoamérica. En tal sentido, Iriana Anzola, nos ha enviado este sencillo homenaje dedicado a todas las Madres del Mundo.
FELIZ DIA.
Cuenta una antigua leyenda que un niño antes de nacer le dijo a Dios:
“Me dicen que me vas a enviar a la tierra, ¿cómo viviré tan pequeño e indefenso que soy?”
Dios le respondió “entre muchos ángeles escogí uno para ti que te estará esperando y que te cuidará”.
Pero dime, ¿qué voy a hacer? porque aquí en el cielo no hago más que cantar y sonreír, eso basta para ser feliz.
Tú ángel te cantará, te sonreirá todos los días y tú sentirás su Amor y serás Feliz.
Y… ¿cómo voy a entender lo que me digan si no conozco el extraño idioma que hablan los hombres?
Tú ángel te dirá las palabras más dulces y tiernas que podrás escuchar y con mucha paciencia y cariño te enseñará a hablar.
Y… ¿qué haré cuando quiera hablar contigo?
Tú ángel te juntará las manitas, te enseñará a orar y podrás hablarme.
He oído que en la tierra hay hombres malos ¿quién me defenderá?
Tú ángel te defenderá a costa de su propia vida.
En ese instante una gran paz reinaba en el cielo pero ya se oían voces terrestres y el niño presuroso repetía con lágrimas en sus ojos,
“Dios mío si ya me voy, dime al menos su nombre, ¿cómo se llama mi ángel?
Dios le contestó…
Su nombre no importa, pero tú le llamarás… ¡Mamá!.

jueves, 7 de mayo de 2009

Cómo Cerrar los Ciclos Emocionales

Lo primero que tenemos que hacer para ir Cerrando los Ciclos Emocionales, es empezar a reflexionar sobre lo que ha venido sucediendo en nuestra vida en los últimos tiempos, lo que nos ha sucedido para bien y lo que ha acontecido para mal, es decir, autoanalizarnos desde la verdad y desde el amor.

Tomaremos en cuenta cuántas energías hemos desperdiciado en sucesos que no han tenido ningún sentido. Recordar todo lo que hemos logrado y alcanzado a través de nuestros objetivos, lo que ha sido productivo y lo que no, lo que nos ha proporcionado felicidad, tristeza, pérdidas o ganancias; precisar las veces que nos hemos aferrado a situaciones que no conducen a ningún puerto y que nos han hecho sufrir indeciblemente.

Entonces, es cuando debemos hacer un paréntesis, sopesar cuando una etapa llega a su fin y, comenzar a trabajar en el proceso de ir cerrando los ciclos negativos que nos agotan y nos hacen sumamente infelices. Un sencillo ejercicio de imaginación nos ayudará al lograr el objetivo, para sanar completa y asertivamente. Nos ubicamos en un lugar tranquilo de nuestra casa, preferiblemente con música de relajación, visualizamos aquellos sucesos que nos han producido estados de angustia y que de alguna manera han marcado nuestro pasado inmediato. No importa la magnitud del suceso, lo interesante es recordarlo en detalle.

Imaginariamente, cada evento, lo iremos depositando en una bolsa y pronunciaremos:
“…Yo________________(tu nombre) introduzco en esta bolsa todo lo negativo que ha pasado por mi vida, lo alejo de mí y de mis pensamientos. A través del perdón y el amor, decido cerrar definitivamente este ciclo emocional y me abro a recibir todos y cada uno de los acontecimientos positivos que el universo tiene dispuesto para mí..."

Por último, cerramos la bolsa herméticamente, de manera que no la volvamos a abrir nunca más y nos figuramos que la hemos botado en un sitio que nuestra memoria no pueda alcanzar. Este ejercicio lo podemos repetir tantas veces como sea necesario, hasta que realmente experimentemos la sensación de haber cerrado por completo todos y cada uno de los ciclos emocionales que nos han venido afectando. Verás los resultados.

En la próxima entrega hablaremos cómo cerrar los Ciclos Materiales.

Recordando a Ricardo Bulmez y a "Crece"

Recordando con cariño a Ricardo Bulmez y a "Crece", dejo para ustedes esta hermosa reflexión de vida. Extraído de libro "El Arte de Combinar el "Si" con el "No": Una Opción de Libertad.
El Sombrero
Mi abuelo tenía un sombrero de aquellos que llamaban “pelo e’ guama” pero el que él usaba tenía más “guama” que pelo: estaba sucio, viejo y raído. Pero aún así se lo lucía con mucho orgullo, sobre todo cuando salía para el centro de la ciudad. Mi tío, el hermano de mi abuelo, sí tenía un sombrero de verdad, ¡nuevecito! Recuerdo que comparaba a los dos y el sombrero de mi abuelo se veía más desgastado, roto y sucio. Con frecuencia me preguntaba: “¿Por qué mi tío tiene un sombrero nuevo y mi abuelo no?”.

Esta pregunta no se la hacía a nadie, era para mí solo.

Un día hice el gran juramento de mi vida, aunque más que un juramento era un deseo vehemente porque los niños no juran en serio sino que desean y sueñan con mucha ilusión, si… era más bien un sueño. Pues los niños tienen pensamientos bellos, ninguno se dice: “cuando yo sea un alcohólico”, “cuando yo sea un drogadicto”. “cuando yo me divorcie”, “cuando yo me quite la vida”, “cuando yo sea un arrastrado”…todos los bellos sueños de los niños comienzan así: “cuando yo sea grande…”, si, si… así comienzan: “cuando yo sea grande…”, “cuando yo sea alguien”, “cuando yo me gradúe”, “cuando yo crezca”. Y éste era mi sueño: “cuando yo sea grande, trabaje y cobre mi primer sueldo, lo primerito que voy a hacer es comprar un sombrero “pelo e’ guama” ¡nuevecito! A mi abuelo, ¡igual que el de mi tío!”.

Así sentía, así pensaba, así deseaba… y así soñaba, éste era mi gran idea de niño. Yo no sé bien qué edad tenía entonces, calculo que andaría entre los cinco y seis años. Este deseo lo conservé durante mi niñez y toda mi juventud, ¡y todavía lo recuerdo!

Ignoraba qué iba a ser de mí y en qué trabajaría, por un tiempo quise ser bombero porque le llevaba todos los días el almuerzo a un señor que trabajaba en el cuerpo de bomberos y por esto me pagaba, luego se me metió en la cabeza la idea de estudiar para ser abogado con pistola porque una de mis tías tenía un “enamorao” de esa profesión y siempre andaba armado, me encantaba ver la “cacha” de la pistola cuando sobresalía del bolsillo del pantalón. Y el resultado fue: no llegué a ser bombero ni abogado, hoy soy cura sin pistolas.

Cuando tenía unos ocho o diez años me sucedió algo muy singular, me mandaron a hacer un encargo a las afueras de mi pueblo a un barrio que se llama “Bobare”. Tenía que recorrer unos tres kilómetros en mi bicicleta por un tramo que corresponde a la carretera “Falcón -Zulia”.

Coro, mi tierra natal, es una región donde hace mucha brisa, es tierra de vendavales y de ahí es su nombre, viene del vocablo de los caquetíos “curiana” que quiere decir “lugar donde se reúnen los vientos”. Por eso en coro los cujíes crecen pandeados hacia el oeste, y es fácil que el aire te quite cualquier cosa que pueda ser transportada por él. Cuando pasaba por la vía, cuál sería mi agradable sorpresa al encontrarme un sombrero “pelo e’ guama” nuevecito al borde del camino. Recuerdo que era de color azul claro, tenía una cinta negra alrededor y terminaba en un lazo, y estaba tan nuevo que ni siquiera tenía el sudor marcado en la parte del adentro como cuando se usa mucho. Lo tomé en mis manos y pensé con alegría en lo que me había ahorrado, por lo menos unos doce o quince años, pues todo ese tiempo hubiera tenido que haber pasado antes de que pudiera cumplir mi gran sueño de regalarle un sombrero nuevo a mi abuelo.

Como iba en sentido contrario a mi casa no sabía qué hacer con el sombrero, si me lo ponía, aparte de que se me podía caer, mis compañeritos se burlarían de mí por usar un sombrero de hombre viejo; si lo llevaba en la mano, maniobraría mal la bicicleta; y si me sentaba sobre él, se despachurraría. ¿Qué hice?, decidí entonces dejarlo allí y recogerlo a la vuelta para regalárselo a mi abuelo.

Ese sombrero era mío porque yo lo había conseguido, a mi me enseñaron desde niño que lo que se encuentra en la calle es de uno, ¡menos las mujeres casadas!, y cuando ingresé al seminario me advirtieron que las solteras tampoco. Le coloqué cuatro piedritas al sombrero para que el viento no lo siguiera arrastrando. ¡Cosas de niños! Cuando regresé en busca del sombrero, ¡ah, carás!, ya no estaba. Se ve que su dueño original se devolvió a recogerlo, u otro que pasó por allí lo vio y se lo llevó, ¡eso sí!, me dejaron las cuatro piedritas.

Recuerdo que lo busqué desesperadamente por los matorrales de cujíes, pero… nada. Seguí mi camino contento por haber visto el futuro sombrero de mi abuelo, iba lleno de entusiasmo y de alegría porque cuando uno es niño no le afectan los fracasos de la vida. Los niños no cuentan pérdidas sino ganancias, esto lo supe después. Los adultos aprendemos a contar sólo pérdidas, fracasos y errores. Lloramos inconsolablemente la muerte de una madre, pero no nos alegramos por el tiempo que ella estuvo a nuestro lado. Yo me quedé entonces con lo positivo: había visto y tocado el sombrero de mis sueños, lo demás no me importaba.

Todo esto lo recuerdo como si fuera hoy. Cuando llegué a casa me sentía muy feliz, en ese momento el abuelo estaba afilando una navaja con un pedazo de suela, pues él era zapatero remendón.
¡Papá! le dije entusiasmado, aunque era mi abuelo yo le llamaba “Papá”, me encontré un sombrero “pelo e’ guama” ¡nuevecito! En la “Falcón –Zulia”, ¡igual que el de mi tío!

El abuelo lo buscó ávidamente con la mirada. —¡Pero, ¿Dónde está?! —me dijo. Yo le expliqué tranquilamente y con lujo de detalles todo lo que había sucedido, que lo había tomado en mis manos, que le puse cuatro piedritas… ¡y que cuando regresé… ya no estaba! Él me miró serio y me regañó muy duro, esto me sorprendió, me dolió y me dio rabia; me enfadé mucho. Porque los niños tienen rabia pero no odian, después supe que los adultos odiamos sin ella. La rabia no hace daño, lo que realmente hunde es el odio. Desde mi malestar me dije: “si hubiera sabido que me iba a regañar no hubiera pensado en traerle ningún sombrero, si me llego a encontrar con otro no se lo traigo sino que lo pateo”. El abuelo durante el regaño me dijo muchas cosas que ya no recuerdo, pero algo me quedó: ”Muchacho ‘el carajo”! —Me gritó —, ¡¿cuándo vas a aprender que las cosas se hacen en el momento o no se hacen nunca?! —esto me dolió, mas nunca se me olvidó.

El tiempo pasó y todo fue quedando atrás para no volver más. A mis dieciocho años decidí ser sacerdote, realicé todos los estudios académicos fuera de mi país. Después de varios años regresé a mi pueblo natal para la ordenación sacerdotal. Me regalaron muchas cosas, ¡ah!... me dieron también mucho dinero en efectivo y en cheques. “¡Qué molleja!”, decía yo emocionado; pues nunca había tenido tantos “reales” en mis manos como hasta ese momento. Entonces, viendo la cantidad que me habían dado, recordé la promesa que me hice cuando era niño, me acordé de mi gran sueño: “cuando yo sea grande, trabaje y cobre mi primer sueldo, lo primerito que voy a hacer es comprar un sombrero “pelo e’ guama” ¡nuevecito! A mi abuelo, ¡igual que el de mi tío!”, así soñaba cuando era niño.

También tenía presente lo que dijo un psicólogo famoso: “ser feliz en la adultez es ver realizados los sueños de cuando uno era un niño” y yo tenía dinero por primera vez en mi vida para realizar mis bellos sueños. Es verdad, ése no era mi primer sueldo, pero era mío, me lo habían regalado.

Me dieron tanta “plata” como para comprar no un sombrero, sino una docena si yo hubiera querido. ¡Ey!, pero era tarde, el abuelo ya había muerto. Podía comprar sombreros pero ya no tenía abuelo. Me encontré entonces con mucho dinero y con esto se conseguía sombreros, pero no podía comprar el de mi ilusión; el sombrero de mis sueños era aquél… y lo perdí.

Si, era aquél que me encontré en la carretera “Falcón-Zulia” siendo apenas un niño de diez años, lo tuve en mis manos… y lo dejé ir. Era ése, no otro, porque los sueños no se compran… se viven y se sueñan.

Por esos días visité las tumbas de mis seres queridos, quería rezar por ellos y con ellos. Pero cuando llegué donde estaba enterrado el abuelo no me nació ninguna oración, no pude rezar. Mejor dicho, la única plegaria que me salió fue ésta: “Viejo, nunca te di el sombrero, pero lo triste no es que no té lo di, lo lamentable es que te lo pude haber dado y no lo hice, lo tuve en mis manos y lo dejé ir. Te fuiste con tu “pelo e’ guama” viejo, roto y sucio; ¿por qué?”. De todos modos compré el sombrero, por ahí lo tengo en mi cuarto. Pero… ya no tengo abuelo.

¿Cuántos sombreros has perdido en la vida? Aquélla era la relación y la descuidaste, El momento adecuado lo dejaste ir. La oportunidad de tu vida, la perdiste. ¿Te acuerdas de aquello?... aquello era. ¿Vas a seguir perdiendo sombreros en tu vida? ¡Agárralos!... ¡Y no los sueltes! —¿Para qué quiero un sombrero? —Pa’ que te lo pongas… porque en la vida a veces hace mucho sol y sin sombrero quema mucho.

Si ves a tú alrededor te darás cuenta de que hay muchas cosas bellas que todavía están contigo, tienes muchos “sombreros” que la vida te dio para que los ames, tienes tus seres queridos contigo: tus padres, tu pareja, tus hijos y tus amigos. Porque la vida es un sombrero compartido.
Autor: Ricardo Bulmez